1 de febrero de 2016 0 Comentarios Sin categoría

M_Villabón

Bienvenidos a un mundo de momentos.

Hemos venido a abrir los ojos a la vida, para pedirnos como sueño en las pestañas de la realidad. A dilatarnos las pupilas en la caricia de un latido que se hace nombre, a desvestirnos los párpados en la fragilidad de la mirada, hasta hacer fortaleza a la lágrima, que muere en la sonrisa.

Hemos venido a marcar el ritmo de los latidos en el corazón del parpadeo hasta que vivir en la tonalidad de un iris, solo sea el principio de una vida a color.

Hemos venido a otear horizontes verticales, que te elevan hasta hacer olvidar el miedo a las alturas. A lanzarnos al abismo con el mapa de la suerte en el bolsillo de las ojeras y el globo ocular de paracaídas ante posibles cambios de viento, que nos cieguen los sentidos. A leer nuestro propio libro de vida disfrutando del argumento de las miradas hasta la página del fin. A saber volver de nunca quisimos irnos, pese a que nada sea igual en el ahora y a poder marcharnos con los ojos pidiendo calma, de allí donde la compañía nos dejaba solos.

Hemos venido a destronar a los miedos para ponernos su corona y dar jaque mate al peligro. A reconciliarnos con la sal derramada y brindar con tequila y limón a los recuerdos que nos observan desde la torre de la memoria.

A ver y a vernos, en la curva más bonita de un cuerpo.

Hemos venido a guiñar el ojo a los presentes, para que el final de la oscuridad nos descubra todas las posibilidades.

Hemos venido a ver, sí, y a quedarnos.

Bienvenidos a un mundo de momentos.

M. Villabón


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